Sir. Brain Hodgson

Inglaterra volvió a ser gafe en su debut en una Eurocopa. Tras adelantarse en el marcador con un gol de falta de Eric Dier en el minuto 73, los chicos de Roy Hodgson se «dejaron empatar» por Berezoutski en el último minuto.

Por Roberto Gónzalez (Ciudad de México, México)
Poco a poco se está acabando la primera jornada de la fase de grupos de la Eurocopa 2016 y parece ser que nadie nos había engañado al decir que esta Eurocopa iba a ser especial y divertida. Sin duda apetece hablar de todos los partidos que se han jugado ya, pues cada uno de ellos imparte cátedra y enseña detalles que sólo son apreciables en el fútbol europeo. No obstante, Inglaterra parece ser la potencia futbolística que más problemas ha tenido a lo largo de esta primera semana de competición, aunque hay que destacar que no todo fueron malas noticias: dos jugadores fueron importantísimos para el cuadro inglés en el debut ante Rusia el sábado pasado.

Rooney, hablando con Harry Kane durante el partido. Foto via theFA.com
Sí, mi buen lector, aunque parezca mentira entre tanto negativismo, hay dos jugadores que volvieron a rescatar a Inglaterra cuando estaba peor. Te hablo de Wayne Rooney y Eric Dier, dos de los tres volantes utilizados por Roy Hodgson para apuntalar la cintura del combinado inglés, que desde un punto de vista personal pudieron haber hecho más en cuanto a la recuperación de pelota y la construcción de juego ofensivo durante el encuentro. Sin embargo, afortunadamente pudimos ver a ambos cumplir con esos cometidos en los últimos veinte o veinticinco minutos de partido. 

Eric Dier, el salvador de la noche; Wayne Rooney el director de la orquesta

Empiezo por decir que Eric Dier fue muy importante en dos momentos en el partido. Uno de ellos fue en el primer tiempo, cuando tanto él como Gary Cahill ayudaban a dar salida clara al equipo mediante la distribución de juego con Rooney, quien a su vez ayudaba a la apertura del juego con Dele Alli, momento en el que éstos dos últimos intentaban proyectar el balón tanto a los extremos (Sterling y Lallana) como a los laterales (Walker y Rose) para desquitarse de la intensa presión de los jugadores rusos. El segundo momento no es otro que el gol de falta directa que abrió el marcador. Una jugada bien preparada derivada de una falta que la defensa rusa se vio obligada a cometer por la peligrosidad del contragolpe propuesto por los ‘Three Lions’. Sin más, digamos que Eric Dier se marcó un golazo por el contexto del mismo y la técnica individual aplicada al golpeo del ‘Beau Jeu’ . Un disparo imposible que dejó vendido a Akinféev.
Ahora me enfoco en el “niño malo”, en Wayne Rooney, quien me sorprendió jugando como interior por la banda izquierda. Es cierto que ya es un tipo veterano, «colmilludo», y que ha desarrollado una polivalencia notable a lo largo de estos últimas temporadas con los ‘Red Devils’. Sin embargo, el hecho de jugar de interior no supuso un problema para Rooney, que dispuso de varias ocasiones en el ataque. Algo que sorprendió a muchos. De hecho, no negaremos que pese a desaparecer durante unos veinte minutos en el segundo tiempo, los cuales coincidieron con los peores de Inglaterra en el partido, creó peligro y siguió intentando asociarse con el equipo para poder empujar a un ataque que parecía no caminar con Raheem Sterling (pegado al carril izquierdo), Adam Lallana (a quien ya se le hace costumbre entrarle al falladero) y Harry Kane (que andaba lanzando córners y jugadas a balón parado). Decisiones que le han costado a Roy Hodgson las primeras críticas de la Eurocopa.

Hodgson tiene cuestiones notorias que corregir en todo el esquema si quiere jugar más de tres partidos en el certamen.

Rooney aportó llegada a base de servicios inteligentes y tiros de media distancia (hay que preguntarle a Akinfeév por la diosa fortuna en aquel disparo de Wayne que besó el larguero). Además, cerca del final del encuentro, ya acompañado de Jack Wilshere y de James Milner, pareció darle un trato mucho más educado a la pelota, a tal grado que llegábamos al minuto 89 y el equipo seguía preocupando al cuadro ruso, que llegaba a cuentagotas a la portería de Joe Hart. El “buen” partido de Inglaterra pasó principalmente por el medio campo incisivo que planteó Hodgson, aunque tiene cuestiones notorias que corregir en todo el esquema si quiere jugar más de tres partidos en el certamen.
Y una vez más, mi buen lector, comprobamos que si queremos justicia no debemos pensar en el fútbol, pues puede ser todo menos justo.

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