103 minutos, repartidos en 3 partidos, es el bagaje de Alberto Moreno esta temporada. Tristes números teniendo en cuenta que se trata de el único lateral izquierdo especialista de la plantilla. Las razón de su suplencia es bastante clara, ha cometido errores defensivos graves que han hecho que, ni entrenador ni afición, confíen en el jugador andaluz. Cuando fichó por los red se sabía que tenía graves carencias tácticas, que se hacían patentes a la hora de defender, pero se esperaba que lo compensara con sus virtudes ofensivas. El verdadero problema es que, actualmente, es unánime la opinión de que, con Moreno en el campo se pierde mucho más en defensa de lo que se gana en ataque.
El dilema que se enuncia en el título es si venderlo en el próximo mercado de invierno o si tratar de recuperarlo, la opción que creo que elegirá Jurgen Klopp es la segunda, al menos para estar seguro de si en enero tiene que ejecutar la primera. El proceso de recuperación de un jugador tocado en tantos aspectos no es sencillo e involucra a varias personas, entre plantilla y cuerpo técnico.
Evidentemente, el primero que tiene que responder es el propio jugador, ya sea tratando de pulir sus defectos tácticos defensivos, esto es poniendo atención en la toma de decisiones cuando se trata de subir por su banda, entrarle a un rival o protagonizar una cabalgada que termine en centro al área rival. Es el actor protagonista y su inclusión en el once inicial dependerá, en gran medida, de que Klopp vea mejora en su actitud y rendimiento en los entrenamientos.
El entrenador alemán también tiene gran parte de la tarea en sus manos. Lo primero, decidiendo cuando contar con el sevillano. Para un jugador con la moral tocada y al que los hinchas propios no le van a perdonar, lo más conveniente es ir poniéndolo en partidos que haya poco en juego, cómo los de la Copa de la Liga, actual EFL Cup. En Premier, si el equipo va ganando holgadamente y el público está con el aplauso fácil, también puede ser adecuado darle minutos, que vea que colabora en el buen rendimiento del equipo.
Esta labor tiene que ir acompañada de un trabajo táctico, los jugadores que ocupan roles alrededor de la posición de lateral izquierdo deberían redoblar su atención, sobre todo en defensa. Esto haría que, por ejemplo, cuando Moreno suba y no le de tiempo de bajar, el mediocentro de su lado cubra su sitio, evitando el hueco. Otra buena práctica sería evitar, en la medida de lo posible, los uno contra uno, para esto es esencial que los compañeros vayan a ayudarle, ya sea el hombre de banda, el mediocentro o el central. Este sobreesfuerzo debe compensarlo el lateral español evolucionando en cada partido y ofreciendo un buen rendimiento arriba, sus compañeros tienen que ver que vale la pena.
No es sencillo llevar a buen término este proceso pero, si se quiere que el jugador vuelva a ser útil, al menos hay que intentarlo.
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