En la memoria colectiva de los aficionados al fútbol en general, y al que se practica en el país que fue su cuna en particular, quedará para siempre la heroica historia de aquel modesto club situado en la capital del condado de Leicestershire, en la región oriental de las Midlands y que fue campeón insólito de la Premier League cuando, a inicios de la temporada, eran solamente carne de descenso. La historia de los ya eternos Claudio Ranieri, Jamie Vardy, Kasper Schmeichel, Riyad Mahrez, N’Golo Kanté y el resto de sus compañeros sigue ahora en Europa.
La Premier League 2015/2016 quedará siempre grabada en la memoria del aficionado al fútbol inglés por la sorprende conquista del título por parte del Leicester City
Naturalmente, la conquista del título doméstico les valió un billete para la máxima competición europea, en la que, hasta hoy, cuenta sus partidos por victorias incluso ante un campeón de Europa como es el Porto. Siguiendo la misma fórmula que le llevó al éxito en el curso pasado, y con más profundidad de plantilla, los pupilos de Ranieri ya se encuentran virtualmente entre los 16 mejores de Europa, salvo desastre mayúsculo y carambolas matemáticas en los tres partidos que restan de la fase de grupo. La magnífica gestión del técnico transalpino en la máxima competición europea es digna de elogio, más aún teniendo en cuenta que hablamos de un debutante en el torneo. ¿Se puede convertir esto en algo negativo?
Los números en la temporada 2016-2017 pueden dar a entender que sí. Los foxes se encuentran en la mitad baja de la tabla (11º) con unos números más acordes y realistas a su potencial que los de la temporada pasada: ya suman 4 derrotas y 16 goles encajados en 10 partidos, mientras que el año pasado solo sumó 3 derrotas y 36 goles encajados, lo que nos lleva a una proyección final de unas 14 derrotas y unos 50 goles encajados para final de temporada, números que no supondrán un descenso a Championship, pero sí dará señas evidentes, si no lo hace ya, del incremento de nivel de la Premier League y las limitadas fuerzas a largo plazo de un club tan modesto al lado de los gigantes de siempre.
¿Las razones? Una bajada de rendimiento de torres fundamentales como Vardy y Mahrez; la desaparición del aura de imbatibilidad de Schmeichel; y, sobre todo, el traspaso de un Kanté que prefirió prados más verdes en el aspecto económico al romanticismo de intentar una casi descocada reválida del título y, por qué no, darle algún que otro susto a los colosos europeos en la Champions League. La fría estadística habla: Jamie Vardy solo lleva dos tantos, al igual que Slimani, fichaje potente que llegó al club para restar carga de partidos al bueno de Jamie. Por otro lado, la baja de Kanté no ha sido paliada con el fichaje de Nampalys Mendy, jugador de corte muy parecido pero que no ha podido demostrar, por diversas causas, estar a la altura del francés.
Vardy y Mahrez no están funcionando como el año pasado
Eliminados por el Chelsea de la Capital One Cup, el Leicester City afronta ahora dos tareas, a priori, compatibles: desempeñar un buen papel en el continente por un lado, y, por otro, encontrar una regularidad de victorias en liga de modo que se pueda acercar, por lo menos, a puestos de Europa League, quizá dejando la FA Cup al margen. Puede parecer harto complicado, pero, desde el año pasado, nadie se atreve a no creer. Ese es el gran triunfo y el legado de este modesto club. Es la huella que quedará, para siempre, en la memoria del más escéptico de los aficionados.
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