Cuando en el mercado veraniego que daba el pistoletazo de salida a la temporada 2015-2016 Dimitri Payet abandonaba una liga menor como la francesa para embarcarse en la aventura de la Premier League de la mano del West Ham –que desembolsó 15 millones de euros por sus servicios-, la ciudad de Londres reunía a otro futbolista talentoso que sumar a la larguísima lista de virtuosos que la pueblan. Los hammers se hacían con los servicios del genial jugador galo y él se daría a conocer, por fin, al gran público tras unas muy buenas temporadas en el Olympique de Marsella.
Payet fue el timón de Bilic en la última temporada que jugarían en Upton Park antes del traslado al Olímpico de Londres, temporada que culminaron con una honorable séptima plaza e incluso, a mediados de la misma, coquetearon con el cuarto puesto del torneo doméstico. Ejerciendo como mediapunta unas veces y como extremo izquierdo otras, Dimitri Payet se consagró como un magnífico generador de juego y un lanzador de faltas capaz de generar pavor en los guardametas desde cualquier ángulo y posición. A pesar de que todo ello fue suficiente para llevarles a jugar en Europa League y que el equipo del técnico croata prometía haber las bases de un proyecto potente en las Islas de cara a temporadas futuras. Nada más lejos de la realidad. El nuevo curso echó a andar con una eliminación en la cuarta ronda de Europa League contra el Astra Giurgiu, y en liga cosecharon hasta seis derrotas, cuatro de ellas consecutivas, en las primeras diez jornadas. Hoy deambulan por la mitad de la tabla y unos números discretos (7 victorias-4 empates-10 derrotas), lejos del potencial real que atesoran.
Si bien es cierto, como se apunta desde Inglaterra, él y su familia no son felices en la capital británica por falta de adaptación, a esto se le suma una situación deportiva muy lejana a la idea y esperanzas depositadas en el equipo en vista de lo logrado el año pasado. Payet está reviviendo la misma experiencia a través de la cuál salió del Olympique de Marsella, club que está dispuesto a perdonarle aquél feo gesto para reincorporarlo a sus filas y que ofrece 20 millones de euros. Bilic, que le apartó de los entrenamientos porque el francés se negó a jugar un encuentro, cree que la situación ya es irreconciliable, y pide 10 millones de euros más a la entidad marsellesa, a pesar de que no oculta su deseo de que permaneciese en el club como jugador prestigioso que es. Abandone o no la disciplina hammer, lo que es seguro es que una competición de tan alto nivel como la Premier League merece tener siempre a los mejores, y Payet lo es. ¿Quién, si no, sería el mejor y más versátil lanzador de faltas de Inglaterra?
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