El Liverpool de Jürgen Klopp es el equipo que más goles marca en la Premier League. Eso le sitúa en una buena posición en la tabla, entre los 4 primeros que tienen acceso a la Champions League de la próxima temporada. Sin embargo, ha recibido 27 goles en 22 partidos, demasiados, sólo superado, en los equipos de arriba, por el Manchester City de Guardiola.
La llegada del técnico alemán supuso un cambio radical en los planteamientos tácticos del conjunto red. Uno de los más notables fue la introducción de la famosa presión alta, la gegenpressing. Para ello necesitaba tener jugadores enérgicos, rápidos e intensos en la parte de arriba. Y los tiene. Además, los refuerzos de este año han ido orientados a mejorar este aspecto que el equipo domina de manera eficaz. El problema llega cuando esta presión alta se supera o cuando toca defender en posicional. Aquí, los de Anfield Road llevan sin dar la talla desde hace varias temporadas, seguramente desde que Rafa Benítez abandonara la entidad. Pasemos a analizar las causas.
Falta de confianza en la portería
El belga Mignolet ha jugado la mayor parte de los partidos de esta temporada. Sus características son ampliamente conocidas. Cuando tiene el día es capaz de parar mucho y bien, pero cuando no lo tiene quedan demasiado patentes sus defectos. Poca capacidad de mandar en el área, deficiente en el juego aéreo y con los pies son las principales tareas a mejorar. Karius es la alternativa. Klopp ha confiado en su compatriota en algunos encuentros pero este ha dado un rendimiento todavía inferior al de Mignolet. Al lógico periodo de adaptación se añade que todavía le falta madurez en su juego. La solución parece clara: Mignolet sigue teniendo mercado por lo que habría que aprovechar para venderle y traer a un portero consagrado bajo cuya sombra pudiera crecer Karius.
Falta de un central con jerarquía
Una gran defensa suele sustentarse en la figura de un mariscal de campo, un futbolista que, por su calidad y ascendencia sobre sus compañeros, provoca una dinámica positiva que hace que la suma de las piezas sea superior a su calidad individual. Esa figura debería ser Lovren. El croata, si bien es cierto que ha mejorado sus prestaciones, que comenzaron siendo paupérrimas, todavía se encuentra lejos de ser un central de jerarquía. Las opciones en este caso son más confusas, se le puede seguir dando un voto de confianza, para ver si termina de explotar pero, si hay algún central top que quiera fichar por el Liverpool que se ponga a tiro, debería irse a por él.
Adaptación de jugadores a nuevas posiciones
A pesar de que Milner y Henderson están rindiendo bien en sus nuevas posiciones, cómo lateral izquierdo y pivote defensivo, respectivamente, ambos distan de ser especialistas. Esto queda reflejado en carencias en el juego propio de cada demarcación. Por ejemplo, a Milner le cuesta llegar a línea de fondo para centrar, además debería hacerlo con su pierna mala, la izquierda. Henderson es el jugador posicional que tiene que permitir que, delante suyo, todo sea ágil y dinámico. Complicadísima labor que precisa de unos conocimientos tácticos sobresalientes, que, de momento, el capitán no tiene, aunque va adquiriendo. Como en el caso anterior, un fichaje de un jugador fiable en cada una de las 2 demarcaciones sería altamente recomendable. Permitiría liberar de presión a dos jugadores importantes de la plantilla.
Mala gestión del caso Sakho
El jugador francés comenzó la temporada lesionado del talón de aquiles y sancionado por un positivo en un control antidopaje. La sanción ha expirado pero sigue sin contar para Klopp. Teóricamente se trata del segundo o tercer central de la plantilla y no ha jugado ni un minuto. Se trata, a todas luces, de una mala gestión por parte del club que debe resolverse en este mercado de invierno. O el jugador vuelve a contar y aporta o debe hacer las maletas y buscarse otro destino, un término medio es inaceptable.
Conclusión
La estrategia en los próximos mercados de fichajes debe ser clara: reforzar la zona defensiva del equipo para tener jugadores de la categoría de los que se tienen en la zona atacante. Si se sigue con la actual descompensación, es muy probable que no se pueda optar a los títulos pese a la mejora obtenida bajo el mando del alemán Jurgen Klopp.
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