La nómina de centrocampistas del Manchester United, a comienzos de temporada, era notable. La encabezaba el flamante fichaje Paul Pogba. Entre los mediocentros también se encontraban Morgan Schneiderlin y Bastian Schweinsteiger. Ambos jugadores de calidad y experiencia contrastada. En las quinielas de la rotación de la primera plantilla, estos nombres, el de Ander Herrera y el de Michael Carrick eran los que encabezaban las apuestas por la titularidad. El jugador que se encontraba en la cola de la misma, con menos argumentos que el resto para optar al once inicial era el belga Marouane Fellaini. Sin embargo, Mourinho, cómo ya lo hicieran Van Gaal y Moyes, ha confiado, habitualmente, en el jugador nacido en Etterbeek. Toca analizar los motivos.
Polivalencia
El belga se desempeña, habitualmente, en la posición de interior de largo recorrido. Cuando llegó del Everton tenía experiencia jugando en zonas cercanas a la media punta. En el Manchester United también ha actuado en el pivote. En definitiva, puede ocupar casi cualquier posición en el centro del campo.
Juego aéreo defensivo
Físicamente, la virtud que antes se detecta en Fellaini es su altura, 1,94m. Por su posición le toca, habitualmente, luchas por los saques largos de los porteros. Junto a Pogba, forman una barrera inexpugnable. En balón, parado adopta uno de los roles de más importancia, junto a los centrales. Este trabajo no es muy espectacular pero es de un gran valor para el equipo.
Juego aéreo ofensivo
Uno de los grandes problemas que ha tenido el Manchester United desde la marcha de Alex Ferguson ha sido la fluidez de su fase ofensiva. Los distintos entrenadores que han pasado por el banquillo del Old Trafford han intentado siempre el mismo atajo. Consiste en buscar a Fellaini con balones largos para que Marouane los baje y ponga de cara al resto de centrocampistas. Recordando su etapa toffee, este atajo se completa incorporando a Fellaini al área, de manera más o menos permanente, en distintas fases del partido. Así se refuerza la presencia en el área rival, que habitualmente cuenta con jugadores cómo Ibrahimovic o Pogba y se simplifica el juego ofensivo, que puede consistir en constantes centros laterales.
Trabajo en el centro del campo
En un equipo de Mourinho, salvo contadísimas excepciones, es obligatorio trabajar duramente sin balón. Fellaini, en este aspecto, es útil elevando el punto de presión del equipo. Por su capacidad física es capaz de llegar a presionar hasta a los defensas rivales. En ataque, es capaz de sacrificarse y permanecer en una posición retrasada si sus compañeros se incorporan a posiciones cercanas al área rival.
Aumentar la dureza del equipo
Un recurso muy empleado por los equipos de Mourinho es jugar al límite del reglamento. Es bastante habitual que el propio jugador belga sea el primero que le indica al rival o al árbitro en dónde van a poner, los red devils, el listón de dureza. Estas entradas no son muy populares, pero determinan muchos comportamientos a lo largo del encuentro.
Conclusión
No se trata de un jugador con unas características técnicas notables, no es llamativo, más allá de su peinado, ni siquiera es de los más inteligentes de la plantilla. Ha coincidido con entrenadores pragmáticos en su andadura red devil, que han confiado en él por las virtudes ya enumeradas. Seguramente nunca será de los jugadores más queridos por la afición, no empezará la temporada en las alineaciones ideales de los periódicos pero seguirá ofreciendo un rendimiento gris y regular que le proporcionará muchos minutos.
1 Trackback / Pingback