Resumen Manchester United 2016/17: del fracaso al cielo

Un título que no acompaña del todo a la gran imagen del Manchester United campeón de la Europa League, suceso que salva la gris temporada de Premier League que tuvieron los dirigidos por José Mourinho en su primer año al mando del equipo de Old Trafford. El estratega luso llegó después de un turbio año con el Chelsea para intentar recomponer un caso de malas decisiones tras dos gestiones regulares o malas de dos diferentes entrenadores. Su objetivo primordial, sin duda, era clasificar al equipo de cualquier manera a la siguiente edición de la UEFA Champions League. Más forma que fondo, sin duda, pero dando pie a una temporada fundamentada en fichajes a la mano y un nombre sólido a la cabeza para guiar.

Lo esencial se ha cumplido para los chicos de Mou, que era entrar directamente a la fase de grupos de Champions para la siguiente campaña, fuera por medio de la liga o por medio de la ahora muy preciada Europa League, torneo al que dijo el mismo timonel portugués que no pertenecían los red devils, razón suficiente para ganarlo y conseguirlo por primera vez para sus vitrinas. Dados los mediocres resultados en liga al terminar sextos en la clasificación y sin posibilidades de siquiera pensar en Europa la siguiente temporada, aunado a los dos títulos en su haber durante la ya terminada temporada -la EFL Cup y la Community Shield- tras una serie de altibajos regados por todas las 38 fechas de la Premier, el equipo apostó a ponerle todo su peso a la Europa League. 

Sin embargo, aún logrando clasificar al torneo de clubes más importante del mundo, el United ha conseguido alcanzar un objetivo todavía más grande, que es el retorno de una identidad sólida de juego, volver a poseer una clara y definida estructura táctica y de filosofía para los años venideros, todo de la mano de un hombre único, experimentado y sobre todo, ganador como lo es José Mourinho. En líneas generales, los reds cumplen sus dos objetivos primordiales, pero en el análisis exhaustivo, lo hacen de manera mediocre (recuérdese el título de esta entrega).

Fichajes hubo, y golpes mercantiles como traer a Zlatan Ibrahimovic únicamente pagando su sueldo a sus treinta y cinco o treinta y seis años de edad para ser parte crucial del ataque, o reclutar a Henrikh Mkhitaryan, quien levantó y fue de menos a más para ser de lo mejor del conjunto de Old Trafford, y la súper bomba de la ventana de transferencias, Paul Pogba, el nuevo fichaje más caro de la historia, quien fue crucial en momentos de apremio pero finalmente fue intermitente y estuvo de todos modos por debajo de lo que se esperaba. Lo cierto es que el salve de la temporada estuvo en casa, concretamente en las botas de Ander Herrera, el baluarte total de la medular de José Mourinho, a quien le confió totalmente dicha parcela del tapete verde y quien dio exhibiciones de la manera en la que se juega la doble contención.

Junto con David De Gea, Sergio Romero fue también pilar del cerrojo defensivo que representó durante un tramo de la temporada la parte baja del United. A ellos debemos sumarle la gris pero solvente aparición de Marouane Fellaini, quien tenía una sola función específica dentro del planteamiento y resultó útil para solventar problemas en ambas áreas. Hay que hablar, desde luego, del talentoso y joven artillero, Marcus Rashford, quien con 19 años cargó con el peso del eje del ataque ante la ausencia de Ibrahimovic dando actuaciones formidables y eficientes. Finalmente, no se puede excluir a Juan Mata, prodigioso con y sin la bola en el centro del campo, fundamental en partidos ríspidos con su distribución, clase y picardía para poder penetrar en las defensas rivales, siendo complemento fabuloso de Ander Herrera y Paul Pogba.

La mejor cara del Manchester United la vimos todos entre los meses de febrero y abril, justo cuando comenzó una racha de imbatibilidad en todas las competencias que llegó a sumar veintidós partidos, misma que acabó después de vencer al Chelsea de Conte. Aunque concretamente en Premier League, el equipo tuvo un hilo invicto de veinticinco partidos, desde la fecha 10 hasta la 34. Si bien no todos los partidos fueron resueltos de manera brillante y muy solvente, la operación Mourinho resultó suciamente eficaz para poder salir bien librados de diferentes sucesos que complicaban los partidos por errores más operativos de los jugadores que tácticos, en realidad.

Resulta llamativamente extraño hablar de invictos no provechosos, justo como el que mantuvo el United, sobrellevando la estadística con empates totalmente fuera de trámite ante equipos visiblemente inferiores en muchos rubros competitivos, dando pie a la posición ocupada en la tabla de Premier League.

Ahora se viene una revolución en Manchester, y es que si se quiere llegar lejos en Champions League, se tiene que invertir en la plantilla y se deben renovar caras. Deben haber llegadas, deben haber partidas, y deben haber buenos billetazos para consolidar un proyecto multimillonario que ofrece a jugadores de élite la oportunidad de formar parte de este con el atractivo de ser protagonistas en la próxima justa europea. Usar trescientos millones de euros se dice fácil, pero deberá ser inteligente y eficazmente. A esperar, que el futuro luce prometedor en el Teatro de los Sueños.

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