La fuerza de la sonrisa es diferente al resto

Pequeño angelito, pequeño Bradley… desde un rincón del noroeste español te escribo estas palabras de despedida. Una despedida que no será definitiva, tú estarás siempre en el corazón de tus papás, tu familia, amigos, todos los que amamos el fútbol. El fútbol inglés. Pero en especial en el, desde ahora -ya para siempre-, mí gran ídolo, Jermain Defoe.

Este pasado viernes día 7 de Julio de 2017, el pequeño fan de los ‘black cats’, nos dejaba a la temprana edad de 6 años. Su continua lucha desde los 18 meses ha sido incansable, hasta que esa «maldita enfermedad» que todo lo devora, le reservó el billete directo al cielo.

En 2013 le diagnosticaron neuroblastoma. Bradley Lowery lo superó, pero con tan mala suerte que apareció de vuelta. Y esta vez para quedarse por desgracia definitivamente. Esta es una historia que me ha cautivado desde sus comienzos. No resisto ver sufrir a un niño, y con estas desgracias mi corazón se convierte en esponja. Por si eso fuera poco, cuantas más veces lo pienso, más me acuerdo del ser que más amo en esta vida, mi hija Mara de 5 años. Y los sentimientos, claro está, son todavía más profundos. Las lágrimas por veces se convierten en un llanto envuelto en rabia y te sientes totalmente inútil viendo que nada de lo que puedas imaginar resulte ser efectivo.

La amistad más bonita y auténtica que he visto en mi vida. El ex futbolista del Sunderland, internacional inglés, y actualmente en las filas del Bournemouth, Jermain Defoe, nos ha dejado a todos con la boca abierta. Este hombre nos ha convencido de que, en el fondo, el fútbol, a parte de ser un espléndido deporte, también es un juego, una diversión, y en el que las batallas y disputas no valen absolutamente para nada.

Me quiero despedir con unas palabras que me han tocado mucho la fibra… Un párrafo de su artículo en «Saturday Heroes» dedicado a nuestro héroe, del gran Aitor Alexandre, director de Bed & Breakfast, programa de radio en el cuál colaboro, en el que viene a decir lo siguiente:

«Hoy el mundo es un lugar peor sin Bradley Lowery, pero me quedo con tu legado, con tu grandísima lección de vida, nos enseñaste que pase lo que pase, siempre hay un motivo para sonreír».

La fuerza de tu sonrisa, pequeño Bradley, siempre perdurará, estarás siempre en nuestro recuerdo y en nuestros corazones. Lo más bonito jamás se olvidará. ¡Gracias por todo Jermain, te adoro!

Bradley Lowery (2011 – 2017) R.I.P

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