Se despide el guardián de la corona

Ha sido el año de las despedidas en el mundo del fútbol, de eso no cabe duda alguna. Pero para este personaje que tanto me ha hecho vibrar, gritar, celebrar y enfadarme a lo largo de mis pocos años de vida, la hora ha llegado a nivel internacional.

Tras su salida del Manchester United en envoltura de leyenda viviente y de hombre récord, hoy Wayne Rooney ha dicho adiós a la selección absoluta de fútbol de Inglaterra, hecho que no deja de sorprendernos a todos por la reciente consideración de Gareth Southgate para retomar la eliminatoria mundialista. Pero, de cierta manera este decisión rompe corazones a nivel mundial, no sólo para todos aquellos ingleses que han aguardado por un éxito mayúsculo desde aquel día soleado en Wembley en el año 1966, uno de esos hitos que fuese comandado por un hombre como Wayne, un capitán hecho desde niño (siendo un niño malo, desde luego), un líder que se formó a partir de pequeñas grandes oportunidades y que brilló bajo la guía de un sabiondo padre como Ferguson.

No. También lo sentimos fuera del molde del aficionado británico, pues quienes crecimos con el United de Cristiano, de Carrick, de Van der Saar, de Ferdinand, de Rooney y con el equipo de la rosa fracasando prematuramente en cada justa internacional a la que acudía, la historia y sus propios méritos con el paso de los años -no sin olvidar ese sentimentalismo de ver a un comandante forjarse, desde luego- nos llevan a ponerlo en ese lugar especial para el aficionado, como ese que lo hace regresar a Goodison Park con el alma de un niño reencontrando el camino y que lo hace verse como una eminencia volviendo a casa.

Ciento diecinueve partidos y cincuenta y tres goles son tu legado, Wayne. Yo, sentado frente a un monitor y un teclado, puedo decirlo con suma y hasta exagerada facilida, aunque desbordante de emoción. La sensación es parecida a la que experimenté al escribir sobre tu nuevo, absoluto y casi inalcanzable récord goleador en el United, pero hoy tiene tintes de tristeza y de nostalgia porque sé que, tristemente, hoy por hoy no hay, ni lo habrá en unos cuantos años, alguien capaz de llenar el hueco que dejas junto el dorsal ’10’ que engalanaste durante casi 10 años, mismos en los que brillaste, caíste, condujiste a una Inglaterra con momentos brillantes que no le alcanzaron para no tropezar flagrantemente a través de los años, teniendo el punto cúspide hace un año en Marsella ante Islandia. Eres parte de una generación que fue despidiendo una a una a sus grandes estrellas. Stevie Gerrard, Frankie Lampard, y ahora tú. El recambio generacional está, pero quizá, sólo tal vez, nadie sea capaz de tomar ese gafete que cuelgas hoy.

Texto:  Wayne Rooney, leyenda viva del Manchester United

Todos los reds te vamos a extrañar, todo el mundo del fútbol echará de menos verte en la Copa del Mundo, pero nadie lo hará más que los ingleses. Para ellos, tú.

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Foto: Squawka News

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