El hecho de haber quedado fuera de la Champions por primera vez en la era Wenger hacía presagiar, ya en mayo, que la temporada 2017-2018 iba a ser una de las más deprimentes en la historia reciente del Arsenal. Un equipo que nunca demostró ser mejor que ninguno de sus rivales directos a pesar de contar con estrellas de la talla de Alexis Sánchez, Petr Cech o Mesut Özil. Los gunners se movieron este mercado de verano y reforzaron un puesto que se antojaba vital si querían recuperar, si no la gloria, la ilusión: ficharon a un 9. Ficharon a Alexandre Lacazette.
Alexandre Lacazette, la pieza con la que soñaba Wenger
El veloz punta galo obtuvo unos registros goleadores más que correctos en su etapa en el Olympique de Lyon, con 129 goles en 275 partidos, habiendo logrado 37 de ellos en la temporada anterior, lo que le valió un billete a la capital inglesa para vestir la camiseta del Arsenal. Y es que no pudo empezar con mejor pie: apenas se había alcanzado el primer minuto de la nueva temporada liguera cuando Lacazette abrió su cuenta goleadora en Londres. Seis jornadas más tarde suma cuatro tantos en seis jornadas, doblete entre ellos para llevarse los tres puntos de la visita del West Bromwich Albion. ¿Es esto lo que se esperaba del nueve francés? En parte. La adaptación a una liga tan sumamente veloz como la Premier League nunca es tarea fácil, y esta labor se complica casi de manera exponencial cuando un jugador cuya principal virtud es el ataque al espacio debe realizar labores a las que no está habituado, mucho más propias del juego posicional que, por cierto, está desarrollando el Arsenal con unas dificultades tremendas, pero de eso ya hablaremos.
Con los citados cuatro tantos se encuentra a dos de delanteros sumamente experimentados en el ámbito Premier como son el Kun Agüero (lesionado para dos meses) y Harry Kane, por lo que el bagaje parece ser bastante positivo. ¿Significa eso que su temporada no tenga peros? En absoluto. Como hemos dicho, sus características para el juego de asociación son relativamente limitadas; la mayor carga física de esta liga le hace perder duelos de fuerza; y en los partidos de mayor exigencia (vs. Liverpool, Chelsea o el siempre complicado campo antes conocido como Britania Stadium) no ha dado la talla, lo cuál nos lleva a preguntarnos si no sería mejor que Giroud, Alexis o incluso Welbeck ocuparan la posición de punta de lanza en los duelos que requieren más conocimiento del torneo que talento puro y, mientras tanto, darle a Alexandre Lacazette partidos de menor calado con vistas a mejorar su confianza, adquirir experiencia y, en definitiva, prepararlo para poder hacer frente al top 4 inglés con mayores garantías. De su capacidad goleadora no hay duda, pero el aspecto mental es imprescindible, y gestionar en el plano psicológico a un nueve que puede aportar una gran cantidad de recursos y matices sería un acierto bestial de Wenger.
Mientras se escribe este post va a dar comienzo en el Emirates el encuentro contra el Brighton, un recién ascendido que, a pesar de ordenarse bien atrás, puede sufrir hoy los latigazos del bueno de Alexandre Lacazette. Veremos si, cuando se publique, se refrenda lo aquí dicho o si, por el contrario, me debería dedicar a podar bonsáis.
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