No cabe duda alguna de que el Liverpool es uno de los grandes equipos a nivel historia, y el debate estaría en saber si son ellos o el Manchester United el club con mayor transcendencia histórica. Sin embargo, los Reds llevan varios años alejados de la élite del futbol, concretamente once desde su última final de UEFA Champions League, donde el Liverpool – Chelsea de semifinales les dio el pase a aquella final.
El reducto de los héroes de Estambul
Dos campañas después de la final de Estambul, quizás la mejor final de la historia, donde el Liverpool remontó un 0-3 al Milan para acabar acabar venciendo en los penaltis, los ingleses tenían de nuevo la opción de plantarse en una final.
El Liverpool se plantó en las semifinales tras echar de la competición a FC Barcelona y PSV.
Tras eliminar a Barcelona y PSV, el equipo dirigido por Rafa Benítez llegaba a semifinales, donde esperaba un Chelsea que empezaba a labrarse una fama como gran equipo europeo. Ambos equipos se volvían a ver las caras después de las semis de 2005, con victoria para el Liverpool.
Máxima igualdad
A pesar del favoritismo del Chelsea, el mundo del fútbol era consciente de que no sería una eliminatoria desigualada. En el partido de ida en Stamford Bridge, el conjunto de Londres fue muy superior, ganando por un gol a cero con una diana de Joe Cole, pero perdonando varias ocasiones claras.
En la vuelta, Anfield igualó la balanza, y Agger, tras un saque de esquina, empató la eliminatoria. Ningún equipo fue capaz de volver a ver puerta, y tanto Pepe Reina como Cech dejaron su puerta imbatida desde ese momento, llegando a la tanda de penaltis. Aquel Liverpool – Chelsea fue el culmen del proyecto, el cual no volvió a rendir al mismo nivel.
El dramatismo de los once metros
Zenden fue el encargado de abrir la tanda de penaltis, anotando, y poniendo por encima al Liverpool, más aún tras el fallo de Robben, que se encontró con un gran Reina. Xabi Alonso, Lampard y Gerrard hicieron sus goles, pero Geremi falló también, con otra parada de Pepe.
En Atenas 2007, el Milan le devolvió al Liverpool la derrota de Estambul 2005.
Kuyt hizo el gol definitivo, haciendo el 4-1 final y dándole el paso al Liverpool a la final de Atenas, donde el Milan ajusticiaría a los ingleses dos años más tarde, llevándose la copa y vengando la trágica derrota de Estambul.
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