Azul sobre rojo en la Copa (1-0)

Chelsea-1-0-Manchester United

Se acabó la temporada para estos dos titanes de Inglaterra. Ha sido el Chelsea de Conte quien se pone de manteles largos y celebra su octava consecución del torneo con más tradición en el planeta fútbol. Se impone por apenas 1-0, desde el inicio, y con una rara y notablemente válida salvación que guardó más que suerte en la meta de Thibaut Courtois.

Temprano, en el vaivén del partido, Phil Jones comete falta dentro del área propia y genera un penalti que, en definitiva, Eden Hazard no desaprovecharía. El belga cobró sereno y preciso, como si se tratase de un entrenamiento más y no de la mismísima final de la FA Cup. Habiendo vencido a David De Gea, el dorsal ’10’ del Chelsea sentenció muy pronto, sin saberlo, el choque sobre el césped sagrado de Wembley.

De ahí en más, se desbordó hacia el frente el United de Mourinho. En conjunto, la causa Red fue un vendaval al que siempre le faltó claridad, fuerza, empuje y solvencia pese al sesenta y siete por ciento de posesión cosechado y sus dieciocho tiros totales. Por momentos, la carencia de ritmo y precisión del Manchester United quedó manifiesta en la pesadez de su juego y la poca picardía para ofender a un Chelsea que, francamente, aún con el peligro, pudo aguantar eficazmente los embates del rival.

En el saldo negativo del encuentro que más pegó a los del técnico portugués, la lesión de Jesse Lingard es un tema que no puede excluirse y menos pasarse por alto, con menor razón después de su pasado llamado a la selección inglesa para la próxima Copa del Mundo. Hoy, además del objetivo y el encuentro, Mourinho también vio caer a uno de sus mejores hombres.

Por otro lado, después de una temporada gris que apenas alcanzó para colarse a Europa League, el Chelsea ha cuajado un título dando una cara defensiva, pragmática e inteligente. Ha jugado con un United que tuvo un plan que no supo ejecutar, y más aún, reciclar para buscar ganar hoy.

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