Prácticamente con once o doce jugadores ha afrontado Jurgen Klopp el grueso de las eliminatorias de la UEFA Champions League. La marcha de Coutinho y las lesiones de Emre Can, Lallana, Matip y la última de Chamberlain, dejaron el banquillo del Liverpool tiritando. No había más, al menos más en los que el técnico germano confiara. Once y el del tambor acudieron al Olímpico de Roma para sufrir y lograr la gesta de alcanzar la final. En ese banquillo figuraba un portero suplente, Mignolet, tres defensas como Klavan, Clyne y Alberto Moreno, un centrocampista como Woodburn y dos atacantes, véase Solanke e Ings. Ninguno de ellos, ninguno de los siete, cuentan para Jurgen Klopp, al menos por el momento y como recursos útiles durante el partido, más allá de suplir cansancio, lesiones o perder tiempo.
Quedó claro en Roma que, en cuanto uno de los eslabones titulares se retiraba del campo –véase el cambio de Salah por Klavan-, el equipo se desmorona. Y es que esta segunda línea del Liverpool, con todas las lesiones, se ha quedado sin confianza. De los citados, como hemos dicho, algunos han visto como otros futbolistas les arrebataban la vitola de titulares –Mignolet, Moreno, Clyne-, mientras que otros -Klavan, Ings, Solanke, Woodburn- nunca han tenido un completo beneplácito, bien por su juventud o bien por su nivel.
Las buenas noticias: Can y Lallana
Pero la buena noticia es que Jurgen Klopp recupera aire fresco de cara a la final. Aunque vengan de lesiones de duración media, hombres como Emre Can o Adam Lallana pueden aportar 20-25 minutos de intensidad y calidad. No se les ha tenido que olvidar jugar al fútbol. El alemán es un auténtico perro de presa que además, según se presupone, afrontará su último partido con el Liverpool. El inglés, por su parte, es un futbolista de calidad y descaro, el único capaz de desatascar la medular, de poner un poco de orden y organización al centro del campo red –dentro de un escalafón de jugadores más físicos y de contención-. Reserva en la lista de Inglaterra para el Mundial de Rusia, el ex del Southampton podría ser una buena llave para, en la segunda mitad, intentar apretar al máximo, sin que los Salah, Firmino o Mané tengan que bajar tanto en busca del esférico. Por su parte, Emre Can puede ser válido en cualquier circunstancia del encuentro, bien para mantener el resultado o para dar un poco de empuje físico.
El ‘segundo nivel’ del banquillo
El resto del banquillo, ya lo hemos desgranado un poco: en ataque tendrá soluciones diferentes aunque el nivel sea muy pero que muy inferior a lo que hay en el campo. Se antoja difícil que Solanke o Ings tengan un papel ‘importante’ en la final, más allá de salir en los últimos minutos para intentar perder tiempo. Eso sí, el ariete de Reading puede aportar juego aéreo de cara a una posible situación épica o puede aguantar balones debido a su portentoso físico; por su parte, Danny Ings, es más rápido y podría ser un hombre importante a la hora de apretar y dejarse todo en la presión a última hora.
Más atrás, en la defensa, Klopp suele apostar por Ragnar Klavan para suplir a Lovren o Van Dijk –desde la lesión de Matip- o bien para introducir defensa de cinco en caso de que el partido necesite una defensa más férrea. El estonio es un futbolista de envergadura que va bien por arriba pero es muy lento. A su lado, bien Alberto Moreno o bien Clyne solo tendrían su oportunidad por lesión ya que Klopp confía totalmente en Alexander-Arnold y Andy Robertson para los flancos. El español, ya sabemos, es un carrilero veloz que incluso podría entrar de extremo como ya hemos visto, a última hora, en alguna eliminatoria de Champions, con el fin de presionar a la defensa rival; el inglés, por su parte, es un lateral más tradicional, defensivo y bien colocado, que perdió su sitio debido a una lesión. Por su parte, Mignolet, solo jugaría por lesión o expulsión del guardameta que lo juega todo: Loris Karius.
Así pues, más allá de los Van Dijk, Milner, Salah o Firmino, estas son las alternativas que tiene Klopp de cara a la cita más grande para el Liverpool en los últimos trece años.
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