Ahora lo ves, ahora no lo ves. La magia, la ilusión, están presentes en el fútbol. Aunque no lo parezca, aunque pensemos que todo está inventado, en la pizarra, en la estrategia, en el juego. Pero sí, las ilusiones existen en el balompié, gracias a figuras, a genios, a magos que plasman esa hechicería sobre el verde de un estadio de fútbol. Los Messi, Isco, Iniesta… acostumbran a ser medias puntas pero nuestro protagonista, Roberto Firmino, es un mago en la delantera.
La evolución de ‘Bobby’
Y es que el ariete brasileño ha experimentado una evolución brutal de la mano de Jurgen Klopp. Y esa evolución le ha permitido plantarse en toda una final de la Champions League como gran protagonista y figura a seguir durante el encuentro decisivo. A base de trabajo y calidad, ‘Bobby’ ha ido ganándose el cariño, el aprecio y el apoyo de todos aquellos que le criticaban en el pasado porque “no metía goles”.
Pero cuando menos se esperaba… nada por aquí, nada por allí… ¡magia! Y es que Roberto Firmino, lejos de ser un delantero centro al uso, de área, de remate… es mucho más que eso. Es un jugador capaz de moverse entre las posiciones de delantero y media punta a su antojo, con un talento espectacular para leer los espacios, tanto los suyos como los de sus compañeros, con una calidad bestial, que le permite zafarse de cualquier defensor con uno estilizado túnel o con un suculento regate y, además, con el tiempo ha ido ganando en gol. Eso, señores, se llama magia.
Aplicó esa magia en una media hora antológica ante la Roma en la ida, lo mismo que había hecho semanas atrás ante el Manchester City en Anfield. Su magia, se unió a la de Salah y, juntos, le hicieron el truco final, primero a Ederson y después a Allison para plantarse en la final. Minutos de calidad suprema a cargo de nuestro protagonista, un provocador de ‘oh’, ‘awww’, ‘uh’… en la grada. Sus trucos de magia no dejan indiferente a nadie.
Cuando nadie mira…
Como buen mago, el truco reside en hacer las cosas cuando nadie te ve. Y eso lo maneja a la perfección el bueno de Roberto. Ejempo: balón controlado por Van Dijk, juega con Henderson y este busca el balón largo hacia Mané. Firmino debería correr hacia el área, en busca del remate, pero no. Se queda un poco atrás y recoge el balón rechazado por un defensa que se anticipó a la carrera de Mané. Y de repente… magia. Encara la portería, juega con Salah, con Mané, con la segunda línea. Peligro garantizado. Nada por aquí, nada por allá y aparece Firmino donde menos lo esperabas.
Magia con goles
A esta magia, ya lo hemos dicho antes, Roberto Firmino ha añadido una cualidad que le ha lastrado como delantero: el gol. Nada menos que 51 goles en 139 partidos lleva acumulados este año -15 en liga, 11 en Champions y 1 en FA Cup-, prácticamente la mitad de los que había marcado en el resto de su carrera, pasando por Figueirense, en la segunda división brasileña, y Hoffenheim, en donde, en su mejor año, anotó 22 goles en 37 partidos.
En Liverpool, con Jurgen Klopp, jugó alguna vez incluso de media punta o de extremo, con Sturridge, Origi o Benteke. Pero el técnico alemán lo tenía claro: el ‘9’ iba a ser ‘Bobby’ Firmino. Y eso que muchos aficionados a orillas del Mersey pedían a Sturridge. “Es una calamidad que no juegue el único delantero con gol que tenemos”, se decía por Liverpool. La apuesta de Jurgen, lejos de fracasar, ha sido un verdadero éxito: a sus 28 años, Daniel ha ido a ‘morir’ futbolísticamente a West Bromwich –lesiones aparte- mientras que Roberto está entre los mejores atacantes del momento a nivel mundial.
Así pues, el delantero sin gol se ha convertido en mago: hace magia y mete goles. Tendrá enfrente el mayor desafío de su carrera, hasta el momento. Y lo afrontará, ya no desde la vitola de revelación, ni la de buen jugador, ni la de media punta a quien el entrenador pone de delantero. No. Lo hará desde la posición de estrella, mirando de tú a tú a Casemiro, Ramos, Varane, Marcelo, Modric, Kross, Carvajal… sí, sí, a todos esos, porque… nada por aquí, nada por allá… y Firmino aparece en donde menos te lo esperas. Porque es un mago, un mago en la delantera ‘red’ y en Kiev hará su truco final.
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