Lopetegui y el reto de Europa

El Sevilla lo ha vuelto a hacer. El príncipe de Europa, tras la dura eliminatoria ante el Wolves, avanza hasta las semifinales con el objetivo de levantar el título continental por sexta vez en su historia. Antes de eso, les queda uno de los retos más duros de la competición, el Manchester United. Los ‘red devils’, tras una etapa de desasosiego y decepciones después de la marcha de Ferguson del banquillo, se han reencontrado con la capacidad competitiva y se han reincorporado a la élite del fútbol inglés.

Lopetegui, por su parte, ha conseguido algo que parecía imposible. En solo un año, y tras el trabajo estelar de Monchi en el apartado de fichajes, ha levantado un proyecto competitivo que ha conseguido unos resultados y un rendimiento futbolístico sobresalientes. Esto nos presenta un choque de auténticos titanes europeos ¿Cuáles son las principales claves del equipo? ¿Con que bazas intentará superar a los de Solskjaer?

Ocampos, de promesa con proyección a estrella voraz

Las nuevas incorporaciones, nombradas anteriormente, trajeron consigo a un perfil definido de jugador que se repetía. Jugadores con cierta brillantez en las grandes ligas europeas, con gran proyección de futuro y con unas capacidades que se potenciaran a la hora de plantear un futbol fluido, al espacio y con cierto nivel físico. Lucas Ocampos era uno de los grandes nombres, cumplía con todos los requisitos y sin duda ha cumplido con las expectativas.

El argentino se ha erigido como el líder del equipo. Tanto materializador, como principal exponente de peligro potenciado por el sistema, un jugador que crea ocasiones… en resumen, un delantero total que siempre parte desde el costado. Potencia física engalanado con una capacidad técnica y un desborde brutal.

Tácticamente es, como decíamos, un jugador totalmente potenciado por el sistema. En el Sevilla los carrileros tienen una importancia vital a la hora proyectarse en ataque, por ello es necesario un ‘banda’ como este. Un jugador con tendencia interior que aprovecha y prolifera con peligro a través de los pasillos interiores generados por esos movimientos de despliegue ofensivos. Siempre con tendencia a área, siempre para desencadenar peligro o para materializarlo gracias a su gran golpeo.

Quizás, el mayor quebradero de cabeza táctico del United en estos últimos tiempos, es la capacidad defensiva en estático. Maguire llegó para mejorar exponencialmente esta zona, pero Lucas es un jugador perfecto también a la hora de moverse en área. Un jugador con gran movilidad entre centrales y que busca muy bien el desmarque a la hora de atacar el balón. Su potencia física le hace bregar de forma excelente para hacerse hueco entre centrales, también en el juego aéreo, siempre sembrando peligro.

Un centro del campo escalado

Hablábamos del famoso 4-3-3, un sistema que necesita de ciertos automatismos para llegar a un rendimiento eficaz a la hora de transicionar balones con cierta facilidad. Lopetegui, un purista de la táctica, lo ha conseguido a través del escalado de su trío de centrocampistas. Cada uno con sus características y su rol determinado, pero siempre a diferentes alturas. De esta manera se facilita la fluidez de las transiciones, jugadores a diferentes escalas te ofrecen mayor altura en el campo, y el desahogo del equipo en salida, ante presión rival es más fácil encontrar a un jugador libre de marca.

Cada uno, como decíamos, tiene su función determinada y vamos a intentar desgranar estas con los jugadores más habituales para Lopetegui:

-Fernando: Centrocampista que tiene un registro de pivote, jugador de corte más defensivos de los tres mediocentros de la formación. En salida se sitúa como apoyo lateral para agilizar la salida, desahogar y reactivar el repliegue si hay pérdida. Cuando el equipo domina tiende a ser el más retrasado, alineado con centrales compensando la proyección de ambos laterales.

-Joan Jordán: Un rol mucho más mixto, un jugador que no brilla en ninguna faceta en completo pero que complementa a la perfección a su compañera en ambas fases del juego. En salida también se muestra como apoyo escalado al lado del centrocampista organizador. Cuando el equipo se establece arriba, ataca e interpreta el fútbol desde la segunda línea.

-Banega: Hablamos del verdadero motor del equipo, el jugador que es capaz de abrir vías y proyectar los ataques con el ritmo que necesitan sus compañeros. El Sevilla es un equipo que en fase ofensiva aúna a muchos jugadores por delante de balón, es indispensable entonces que aparezca Éver en las transiciones para aportar tanto la rapidez como la precisión necesaria. No solo acelera, en cuanto a la gestión de la posesión también es un jugador brillante. Mide los tiempos del encuentro y tiene una gran toma de decisiones respecto al juego.

Diego Carlos y Koundé forman una de las grandes parejas de zagueros de Europa

Si en algo reside el triunfo de este Sevilla, es en la capacidad que han tenido para encontrar el equilibrio en ambas fases del juego. El acierto de Monchi en la adquisición de dos jugadores desconocidos para el público ha sido clave, y que se hayan adaptado tan rápido a una Liga ha sido sorprendente. Koundé y Diego Carlos han mostrado un nivel sobresaliente, que ha ido ascendiendo en cuanto a compenetración según avanzaban los encuentros, llegando a formar una de las parejas de centrales más duras de batir en Europa.

El Sevilla es un equipo atrevido que apuesta por una defensa adelantada, por desplegarse sobre el campo rival y dar altura al bloque. Es por todo esto indispensable su perfil para Lopetegui. Jugadores inteligentes en la anticipación, quizás no excesivamente seguros, pero si con una gran capacidad física que les permite corregir con cierta facilidad.

Diego Carlos muestra, la seguridad, el corte, el duelo individual, la inteligencia posicional y sobre todo la jerarquía. El brasileño vive en eterna simbiosis con el francés. Koundé quizás es un jugador mucho más liviano, pero dentro de esa envergadura se esconde una electricidad y una potencia sorprendente. Es mucho más reactivo que el brasileño, pero tiene una gran capacidad para dominar al rival con metros por delante.

Reguilón y Navas dan espacio y dinamismo a un sistema que lo necesita

Lo que ha hecho Lopetegui con los laterales en su sistema es la guinda del pastel. La maquinaria ofensiva pende de sus movimientos, su capacidad de proyección y de lo que esto crea en el seno del bloque rival. Posicionalmente suman mucho en el equipo. Los ‘falsos extremos’ y los interiores, los proyectados por delante de balón, proliferan en los pasillos que ellos crean al provocar el fenómeno de ensanchar las líneas rivales.

Ofensivamente la zancada, la velocidad que imprimen en cada conducción, habilitan vías alternativas a la hora de romper líneas y montar transiciones. En estático también suman a la hora de asistir o desbordar hasta línea de fondo. Exponente de peligro exterior a través de la creación de superioridades.

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