Hace doce años que en Túnez no se vive la ilusión de disputar un mundial. Con su participación en Rusia, sumarán 5 presencias en la gran competición de selecciones. En todas ellas cayeron eliminados en fases de grupos y solo consiguieron la victoria en 1978, en el Gigante de Arroyito venciendo por 3-1 a México. Por lo que el objetivo primario es ganar y clasificarse a octavos sería un sueño. Este Inglaterra – Túnez abre un nuevo Mundial para los Three Lions.
La época dorada se vivió entre 1998 al 2006, con tres participaciones en Copas del Mundo y conquistando la CAN de 2004 como anfitriona. Precisamente ese gran momento arranca en el Stade Vélodrome -en el único precedente entre ambos-, con victoria a favor de Inglaterra por 2-0 con goles de Alan Shearer y Paul Scholes. En la defensa de aquel equipo, comandado por Glenn Hoddle, se encontraba con el número 6 a la espalda, Gareth Southgate.
Aquella experiencia del hoy seleccionador, le debe servir, dado que las Águilas de Cartago actuales tienen similitudes con sus predecesores. No poseen una estrella que destaque por encima del resto, su fuerza reside en cohesionar el colectivo de un grupo basado en jugadores exportados a la Ligue 1 y de la competición local. Si un jugador sobresalía por encima del resto era, Youssef Msakni. Se perderá la cita por lesión, siendo su hombre gol como demostró en la liga qatarí en las filas del Al Duhail con 23 tantos. Otra ausencia de tronío, pero con el fin de fomentar el compromiso por la causa, es la de su hombre más mediático Aymen Abdennour, que lo verá desde la televisión tras su bajo rendimiento en Valencia o en Marsella.
La principal baza de Nabil Maâloul es formar un bloque compacto con dos líneas muy juntas en su habitual 4-5-1 -pudiendo ubicar a 5 hombres atrás en determinados contextos- y convirtiéndose en un 4-3-3 en fases ofensivas. Los mediocentros mantienen la función de dar solidez y no exponerse ante errores o contraataques y los laterales se ausentan en ataque, apoyando a los centrales de forma estática.
Sus argumentos ofensivos pasan por sus hombres de banda, a los que pretenden llegar con una salida de balón aseada. La baja de Msakni, ha servido para ver el crecimiento en su banda izquierda natural de Naïm Sliti, futbolista del Dijon. En punta de ataque la ausencia de Yassine Khenissi no ha sido tan importante, ocupando esa posición de ariete su mejor hombre disponible, Wahbi Khazri que asume sin problemas el reto de ser la referencia. No se espera de partida a Saber Khalifa, máximo anotador de la liga tunecina con el Club Africain.
Otros nombres como Anice Badri, Ferjani Sassi, Ellyes Skhiri o Saîf-Eddine Khaoui dan empaque y firmeza a la propuesta de Maâloul y no huyen de tomar protagonismo desde la posesión. Esta será la primera prueba de fuego para los Three Lions, teniendo que superar sus dos principales defectos. Southgate se ha alejado del clásico y primario juego inglés, por lo que habrá que ver si consigue ser dominador del balón. Para ello, según varios tabloides nacionales, pueden entrar de partida sus principales bazas más asociativas como John Stones, Danny Rose, Harry Maguire en detrimento de Gary Cahill o lo propio con Jordan Henderson como pivote, prescindiendo de Eric Dier.
El otro hándicap que deben superar es el gran trabajo táctico y la presión alta de los norteafricanos, pudiendo mostrar su verticalidad y sus fortalezas en zona de tres cuartos de campo, sin caer en ataques estériles y siendo capaces de conectar con sus hombres más ofensivos como Dele Alli, Jesse Lingard o sobre todo Harry Kane. Vimos como España -aún siendo un amistoso- tuvo que mostrar varias alternativas para superar dicho entramado y en esa tesitura se pueden hacer importantes hombres secundarios como los Marcus Rashford, Ruben Loftus-Cheek o Jamie Vardy, entrando para dinamitar un partido que puede ser un tanto correoso, carcomiendo la autoestima el paso de los minutos sin que ocurra nada o recibiendo un gol en contra, sumiéndose en el pánico que supondría vivir otra humillación a las primeras de cambio.
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